La lana de alpaca se presenta en la naturaleza en nada menos que 16 colores únicos: desde el blanco brillante al rosa pálido, pasando por el negro intenso. Entre estos tonos oficiales se pueden distinguir unos 200 tonos más.
Las alpacas tienen almohadillas blandas bajo las pezuñas y una sola uña pequeña. Gracias a esas pezuñas blandas, sus movimientos en los prados donde pastan apenas afectan al suelo. Como resultado, el suelo donde viven permanece intacto y la hierba no se revuelve.
Los productos fabricados con lana de alpaca son perfectos para las personas con piel sensible. Esto se debe a que la lana de alpaca no contiene lanolina, una sustancia responsable de las alergias. Por lo tanto, la lana de alpaca es hipoalergénica. Buenas noticias para las personas que normalmente no soportan la lana. Su jersey o bufanda de lana de alpaca no le escocerá ni le picará y podrá llevarlo cómodamente sobre la piel desnuda.
Las alpacas aguantan bien. El animal puede sobrevivir a temperaturas de entre -40 y +40 grados centígrados. Y su lana refleja esta versatilidad. Los productos de lana de alpaca tienen un efecto refrescante en verano y cálido en invierno.
La última característica sorprendente de este material sólido como una roca: ¡la lana de alpaca es resistente al fuego! La lana de alpaca cumple incluso las normas para ser etiquetada como material ignífugo.
